¿Cuántos reales nos cuesta realmente la Familia real?
Por
Juan Luis Vallina Ariznavarreta y Miguel Ángel Fernández.
Puede que sea más difícil de comprobar que las famosas
ondas gravitacionales; incluso nos exigirán un largo proceso de investigación,
demostrar la tesis de Einstein ha llevado cien años, saber lo que gana el rey
era un misterio desde 1979. La contabilidad real es oscura cuál agujero negro
del universo.
En un principio quedó la familia Borbón al margen de la ley (de la Ley de transparencia), sin justificación ninguna; claro que con el cariz que
fueron tomando las cosas, particularmente desde el asunto Urdangarín, han
preferido hacer como que la acatan. Hace poco tiempo que empezaron a facilitar
una especie de cuentas; “como cualquier monarquía moderna”, nos dijeron sus
palmeros. Sin embargo, como en este país hay algunas gentes viajadas, enseguida
hubo periodistas dispuestos y dispuestas a refutar la afirmación de claridad, “los escasos tres folios de la web de la Casa
real contrastan con los 136 de la monarquía británica. En ellos podemos ver
cuánto gasta la familia real inglesa en su servicio postal, en su sistema de
incendios, (anti-incendios, I supose), y
de salud, en gas, agua y teléfono, o incluso una larga lista en la que se
detalla cuánto gastan en cada viaje que hacen”.
¡Vaya por dios, hombre, ya están estos chinchando! Porque
resulta que los viajes de los monarcas españoles, por ejemplo, corren a cargo
del Ministerio de Exteriores. O sea, desde 2011 nos quieren hacer creer que nos
cuentan el uso de los dineros, “de libre disposición del Rey para el
mantenimiento de su Familia y Casa”; incluso aparecen hermosos cuadros
comparativos conforme a los cuales se ve que se aprietan el cinturón, como
cualquier vecina estirando su salario de cajera de Mercadona. De acuerdo con la
partida que aparece en los Presupuestos generales del estado se ha pasado de
8’9 millones de euros en 2010 a 7’8 en
2015; más baratos, y eso que ahora tenemos dos reyes y dos reinas, lujo al que
no llegan británicos, escandinavos y otros países monárquicos.
Sin embargo es mucho más lo que se callan. Veamos:
¿Cuánto nos cuesta cada viaje interior, con sus centenares de efectivos de
seguridad, con dos ambulancias medicalizadas siguiendo la caravana de coches,
con una planta de hospital cerrada por si acaso en cada ciudad que visitan?
Nadie nos lo cuenta; esos gastos van contra los presupuestos de Interior y de
Sanidad. Al igual que el Ministerio del Ejército paga la Guardia real, o
Hacienda un parque móvil de centenares de vehículos. Los Borbón y Grecia no
viven en pisos propios, ni pagan alquiler por las chabolas que les prestamos,
cuyo mantenimiento, con los parques y jardines con animalitos y todo van a
cargo de Patrimonio nacional; o sea, ustedes y nosotros. Tampoco han menester
de contratar con una casa de alarmas, ya les ponemos unos cuantos guardias, si
eso; más aún, cuando se casan también nos preocupamos de su seguridad y la de
sus invitados (del transporte se encarga ALSA).
Como estas partidas contables no se explican claramente,
como los que viven en palacios no hacen pública su declaración de la renta,
-“para resguardar su intimidad”-, no tenemos más remedios que hacer conjeturas.
De vez en cuando algún periodista se atreve a opinar al respecto, aunque ya
quedan pocos valientes que mantengan el puesto de trabajo, y si no ver la
última desbandada de El Jueves, por una portada. Bueno, siempre nos quedará

Herencia, una vez más, como justificación de los bienes,
parte de ellos en el extranjero. El Mundo asegura que ha recibido de su abuelo
Alfonso XIII el equivalente actual a 100 millones de euros, cantidad más
modesta que la que dicen. Otro informador amigo dice que mucho menos, sólo
recibió de su padre, el Conde de Barcelona unas propiedades inmobiliarias, la
de más valor un chalet que se vendió en 2’7 millones. Resultan curiosos los
paralelismos, herencias y cifras patrimoniales. La NBC hace tres años hablaba
de 2000 millones de euros; en el momento de la abdicación Economía Digital y
otros medios aseguraban que se jubilaba con una bolsa de 1600 millones.
Bueno, independientemente de lo que, tacita a tacita,
hayan ahorrado Juanito y Sofy, toda esta tropa, ¿cuánto nos cuesta? Algunos
periodistas creen calcular 60 millones al año, otros, detallando con más
precisión ministerio a ministerio, hablan de 560. No tenemos que jugar a
adivinos, el nuevo gobierno ha de explicar claramente cuánto se nos lleva este
inútil boato, después ya nos encargaremos nosotros de aplicarles la Reforma
laboral para dictaminar un despido por causas objetivas, -nulo rendimiento-,
sin derecho a indemnización ni prestaciones de desempleo; incluso haremos otras
cuentas: el dinero que deban devolver por apropiación indebida.
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